En la actualidad, con todos los avances en conocimientos
científicos y tecnológicos, hemos puesto a un lado las bases de cualquier
sociedad, la naturaleza. ¿Te has preguntado cuántas horas al día utilizas la
tecnología? Con cada día que pasa, los
humanos creemos que somos más autosuficientes, que la tecnología es la
respuesta a todos nuestros problemas, que podemos abastecernos de todo lo
necesario para vivir, pero nos estamos olvidando de una parte crucial para
todos, el lugar en donde existir. Podemos crear todo lo necesario para
abastecernos, pero de qué sirve todas las creaciones que nos ha provisto la
lógica del ser humano si no tenemos un lugar en donde darles uso. Por primera
vez en la historia, existe la duda de si nuestra humanidad está compitiendo con
la tecnología.
Los inventos tecnológicos han reemplazado los conocimientos
humanos que se han ido adquiriendo a través de los años. La cultura, las
tradiciones, todo lo que ha caracterizado a un pueblo por años se va perdiendo,
las memorias de un pueblo desaparecen para formar parte de una aldea global en
donde ya no somos entidades separadas sino toda una mezcla de conocimientos que
buscan el avance de la humanidad. Pero se ha visto que este avance, en realidad
nos está haciendo perder esta humanidad
En primer lugar tenemos que definir lo que es la humanidad,
y en las palabras más simples, es la condición de ser humano. Pero el “ser
humano” incluye una gama tan amplia de características , ser capaz de pensar,
de tener emociones, de imaginar, de tener fe, de dudar, de socializar, de ser
curioso , y podría seguir para siempre sin parar, porque somos uno de los seres
vivos más complejos que existen sobre esta tierra. Y este es el problema más
grande, la ciencia ha desplazado esa capacidad de sentir el daño que estamos
haciendo a nuestro mundo, nos preocupamos más por el bienestar privado que por
los daños que causemos externamente.
Una máquina que realice una labor de manera más eficiente es
mejor que cualquier conocimiento del que haya surgido esa máquina, quizá esa
eficiencia genere efectos negativos externos, quizá esa máquina deje a muchas
personas sin trabajo, pero eso ya no es lo importante para nosotros, la emoción
pasó a un segundo plano, poniendo la lógica y la eficiencia como prioridad para
cualquier ser humano, hacer la vida simple quitar del mapa esos problemas que
antes existían, tratar de llegar a una perfección utópica por medio de
máquinas.
Pero de que nos sirve ser humanos si no tenemos problemas,
porque para eso estamos en este mundo, para cometer errores, aprender de ellos,
experimentar sentimientos, imaginar soluciones, tomar decisiones. La gente hoy
en día vive más simple, es verdad, podemos encontrar la respuesta de casi todo
con sólo un clic, pero tal vez estos avances nos están haciendo demasiado dependientes,
ahora solo confiamos en un dispositivo que nos solucione la vida.
El mundo como lo conocíamos ya no existe, ya dejo de ser
nuestro mundo para pasar a ser el mundo de la tecnología, lo que nuestro abuelo
nos enseñó ya no puede competir con los datos que Google nos da en cuestión de
segundos. Estamos acabando con el mundo físico, y con las memorias de la
naturaleza, lo que deberíamos comenzar a decidir es que es más importante, los
conocimientos de un pueblo o la modernidad de una ciudad. Quizá hay que
encontrar un equilibrio entre ambos, pues hay conocimientos que pueden salvar a
las ciudades de esa destrucción física, y por ende salvar nuestra propia
humanidad.
"Se ha vuelto terriblemente obvio que nuestra tecnología,
ha superado nuestra humanidad". Cuando se habla de frases, podemos afirmar
que ésta, dicha por el mundialmente conocido Einstein, apunta directamente a
nuestra moderna sociedad tecnológicamente dependiente, una sociedad que no sabe
si los nuevos avances son en realidad un progreso.